Irma Mongez Galeano_Escuela de Bellas Artes "Carlos
Morel" en Quilmes/ARGENTINA
La fábrica de Lozadur se instaló en Villa Adelina, Buenos Aires, en el año 1939. Fue protagonista del mercado nacional e internacional en la producción de vajillas de loza hasta su cierre por quiebra en 1977, un año después del golpe de estado que llevó a la última dictadura militar en Argentina, tras años de reclamo por las condiciones laborales inhumanas de sus trabajadores. Los conocidos popularmente como los “platos de la abuela”, fueron un icono de la industria argentina (decorando aún miles de cocinas del país), pero también el símbolo de una fábrica marcada por la dictadura y las desapariciones. Esa lucha por los derechos de los trabajadores tuvo como protagonistas a las mujeres. Todas enfrentaron a la represión y muchas de ellas fueron asesinadas y desaparecidas, tal y como refleja Bernardo Veksler, ex delegado de la fábrica, en su libro "La batalla de los Hornos". Recordar a trabajadoras como Felicidad, Dominga, Elba María y Sofía, es homenajear a la mujer obrera que no se doblega ante la adversidad. En esta comunicación se invita a entender la cerámica como material privilegiado del registro de la memoria y lo colectivo, como elemento constitutivo de la ética del oficio. Y es que encontrarnos con el trabajo, la historia y las artes de nuestro pueblo, nos ayuda a seguir manteniendo nuestra memoria activa.
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